Estamos viviendo un momento cósmico, único y universal.
Tuvimos que pasar por un sin fin de catástrofes y destrucciones masivas para llegar a este preciso instante.
Somos los enviados por nuestro Padre Dios, par la tarea de realización del Plan Divino Original, un Planeta Tierra paradisíaco donde todo será pura Luz y Amor para siempre.
Ya esta escrito y así será, solo tenemos que hacerlo.
Desde este lugar no habrá barreras, cada quien tiene un don particular un poder particular, que encaja perfectamente en esta maquinaria.
Presten atención, identifíquense, y crean desde el fondo de su ser lo que ven, porque eso que ven, es, aunque parezca increíble y de otro mundo.
Tenemos que estar orgullosos de ser la generación a la que le toco y no por casualidad, acabar con éstos tiempos y abrir el portal de luz en la Tierra.
Con todo mi corazón y como mensajero de nuestro Padre, les deseo, nos deseo, un futuro próspero de pura alegría y transformación a nuestro alrededor, para el florecimiento de la Nueva Humanidad.
Carta para la Humanidad de,
Ezequiel Ignacio Ayarza
Septiembre de 2016 (Retiro de solitario en las montañas de Bután)